Aranjuez Ahora
Aranjuez Ahora recuerda a la ex alcaldesa María José Martínez que el turismo en la ciudad no se fomenta redactando textos y proyectos pomposos sin ningún tipo de plasmación real, sino invirtiendo, impulsando y atrayendo actividades y oferta turística que fije pernoctaciones en nuestros hoteles. Ayudando a configurar unos presupuestos que permitan pagar la limpieza de las calles, la recogida de la basura y el mantenimiento de espacios públicos y zonas verdes, no como los actuales, heredados del PP, que sólo generan deuda e impiden siquiera gestionar los servicios municipales más elementales. Y, de paso, reivindicando a Patrimonio, Medio Ambiente y la Comunidad de Madrid que cumplan su parte y mejoren la imagen de la ciudad.
La portavoz del Partido Popular, María José Martínez, ha censurado en diversos medios de comunicación la actitud de “los grupos políticos de la izquierda en el Consistorio ribereño” señalando que actúan como “dique” en el desarrollo del sector turístico en el municipio. Las manifestaciones de la ex alcaldesa tienen su origen en el rechazo por parte de PSOE, Aranjuez Ahora e In-Par de una propuesta del Partido Popular llevada a Pleno para llevar a cabo “el estudio, análisis y mejora del Plan de Dinamización Turística de Aranjuez”. Algo que, según Martínez en esas declaraciones, “es consecuencia de la infavaloración del sector turístico local cuya importancia y potencialidad siempre se han resistido a reconocer y promover”.
Lo que la ex alcaldesa se olvida de mencionar es que esa apuesta por el turismo que reclama ahora debió haberla aplicado durante los años en los que ejerció como Gobierno en el Ayuntamiento de Aranjuez. A su llegada al Consistorio, el Ayuntamiento mantenía una inversión en Turismo cercana a los 200.000 euros anuales, que se redujo considerablemente hasta apenas 33.000 euros en el año 2012. Sólo en 2014, y en vista de la nefasta gestión turística que se estaba llevando a cabo, el gobierno popular decidió sacarse de la chistera una especie de plan de mejora turística que ese año invirtió 120.000 euros la mayor parte de los cuales en “actividades de promoción turística” cuya naturaleza, impacto y eficacia se desconocen en absoluto. Entre ellas, unas audio-guías que no generaron ningún tipo de beneficio.
Y así llegamos a la situación actual, con unos presupuestos prorrogados que permiten apenas destinar partidas al mantenimiento de unas oficinas de información turística infradotadas, poco conocidas y que precisan como el comer materiales de difusión, folletos y merchandising promocional que, al menos, sirva de carta de presentación entre los visitantes que aún se acercan por aquí. Con un tejido hotelero y comercial tan especializado y preparado como el que existe en Aranjuez, y con los innegables atractivos que existen en la ciudad, acusar a “la izquierda” de “dique” en el desarrollo turístico local es, cuanto menos, infantil. Máxime cuando Patrimonio, entidad dependiente de Presidencia del Gobierno (PP), la Confederación Hidrográfica del Tajo, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente (PP) y la Comunidad de Madrid (PP) hacen bien poco por cumplir con sus obligaciones y sus responsabilidades en el municipio.
Durante los años de gestión de la ex alcaldesa Martínez en el Ayuntamiento ribereño, las altas en Seguridad Social vinculadas con la hostelería, la restauración y la actividad turística alcanzaron mínimos históricos, en mitad de una parálisis institucional y política cuyas consecuencias sigue sufriendo el sector turístico de nuestra ciudad. Veremos cómo va la temporada que está ya comenzando este año. Pero, mientras tanto, Aranjuez Ahora seguirá trabajando por unos presupuestos que permitan al menos cumplir con el mínimo exigible para atraer visitantes: mejorar la limpieza y la imagen de nuestras calles. Reclamaremos el Pacto local por el Empleo, con dotaciones reales y viables, para desestacionalizar nuestro turismo y darle motivos para quedarse más días. Y seguiremos señalando a las instituciones superiores para que dejen de expoliar nuestro patrimonio, inviertan lo que nos corresponde y no utilicen, bajo ese tramposo paraguas de la ‘Marca Madrid’, nuestros atractivos turísticos para llenar los hoteles de la capital y vaciar los nuestros.
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