viernes, 24 de marzo de 2017

Las Cabezadas un golpe de ladrillazo desde las esferas políticas
 
                                                                                                
                                                                                                Nota de Prensa.
                                                                                                Sec. de Acción Social de CNT-Aranjuez
 
 
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Se hace muy difícil vivir en Aranjuez y no preocuparse por el desfalco al bolsillo que suponen las malas políticas del ladrillo, y no menos importante el descalabro que suponen también al entorno natural donde vivimos y desarrollamos nuestras actividades económicas. Recientemente ha salido publicado un decreto de la alcaldía del Ayuntamiento de Aranjuez que resuelve aprobar definitivamente, por silencio administrativo, la modificación puntual del plan general de ordenación urbana (PGOU) de Aranjuez, con ordenación pormenorizada, en el ámbito del sector de Las Cabezadas. Esto supondría la reclasificación de 244 ha del margen izquierdo de la vega del Tajo en el sector de las Cabezadas para construir casi 6.000 viviendas. Hasta la fecha se trataba de un terreno no urbanizable pero la proyección urbanística ha previsto dar un uso distinto a este sector agropecuario y de alto valor ecológico. Varios grupos ecologistas con años de dedicación en el terreno ponen en conocimiento el alto valor edáfico y natural de esta franja de la vega del Tajo, además un informe técnico de la consejería también desaconseja la recalificación, como aportamos en las alegaciones, y a más escarnio, se acredita que la mayoría del ámbito está considerado terreno inundable por la Confederación Hidrográfica del Tajo. Parece que con el trasvase Tajo-Segura no hay reparo en que se produzcan crecidas del río y todos contentos a construir.
 
Como sindicato de la localidad y conocedores de la realidad de nuestra comarca tenemos algunas consideraciones: la construcción masiva de viviendas es una reminiscencia arrastrada de cuando el boom del ladrillo y sin embargo no parece que queramos aprender. Aranjuez no necesita más viviendas con un crecimiento demográfico tan poco acuciante, aun mantenemos residenciales y chalets a media asta de aquellos tiempos, o peor aún, calles desoladas con tomas de electricidad que se quedaron sin hacer. La megalomanía de la construcción ya no es coge la pasta y vete y con eso se arregla todo. Hay que vender las propiedades y desde luego el sector servicios no se instalará en bastos residenciales vacíos, aunque, los servicios básicos haya que costearlos con los caudales públicos además de todo aquello que las empresas promotoras no terminen de cumplir como ya conocemos por estos lares. Este proceder dará dinero a espuertas a los que ya sabemos y algo de trabajo eventual para unos meses y luego qué. Es necesario pensar en planificaciones económicas viables para la zona que por un lado den salida y cobertura a sectores de la economía en boga pero que menos que no se pisen unas a otras para que finalmente se quede la sombra más chabacana de nuestro sustento. De realizar algo así toda una zona de explotación rural y agropecuaria se iría al garete, en vez de reflotar aquellas zonas industriales que se quedaron en quiebra y terminaron por irse dejando un  paisaje desolador porque siguen siendo urbanísticamente zona industrial. La recalificación del terreno para construir no es sinónimo de futuro como bien se ha demostrado. El turismo que tanto se quiere preconizar encontraría otro impedimento con proyectos urbanísticos de este calibre. La comarca que podría dar mucho de sí al turismo rural y a otros tipos de actividades se verá cercenada. Convirtiendo los sotos en residenciales no habrá otro interés que pasar medio día para ver el palacio y los jardines ya que no habrá mucho más por ver. Apostar por una ciudad verde es apostar por el futuro. Integrar la actividad económica al entorno en el que se vive es fundamental, puesto que para la clase trabajadora es tan importante el trabajo como el lugar donde se vive y se desarrolla.   
 
Es una pena que a estas alturas sea casi imposible hablar de trabajo público. Los gobiernos locales más bien saben amainar el paro a golpe de ladrillo sin mucha más perspectiva, lo que demuestra la escasa consideración para el bienestar económico de la zona. La CNT-Aranjuez ha presentado recurso de alegaciones con más colectivos y organizaciones para mostrar nuestro desacuerdo al proyecto. Lamentamos la distracción que están dando tanto el partido que gobierna como el que estuvo gobernando con anterioridad, porque ambos son continuistas de este modelo y de este proyecto de las Cabezadas. Aunque ahora se estén tirando los trastos unos a otros para ver quien cometió la tropelía y provocó más perdidas económicas. El ruido político siempre juega a favor del rio revuelto.
 
Secretaría de Acción Social de la CNT-Aranjuez

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